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Juventud: renovación a duras penas, como casi siempre


La crisis de representatividad, según distintos especialistas en políticas públicas, obedece a factores estructurales, debido a que los partidos y la democracia fueron pensados para una sociedad y una tecnología disponible en la Revolución Industrial. Ahora hay nuevas oportunidades de razonar en democracias permanentes, donde la sociedad civil tiene la posibilidad de sostener una comunicación más fluida con los asuntos públicos. 

Los retos partidarios crecen y las exigencias ciudadanas que esperan ser resueltas también; por ello es importante exponer la participación de la juventud como actor principal de la renovación política para un horizonte común. Es necesario conceptuar sobre “renovación política”: su significado auténtico va más allá del uso propagandístico que se ha utilizado como eslogan en algunos partidos políticos. 

Los jóvenes movilizados 

Quienes ocupan la administración pública a nivel nacional en Argentina parecen compartir el rechazo por cualquier cosa que provenga de los colectivos y del activismo ciudadano, justamente espacios o masa crítica que mayormente emerge de un componente juvenil muy fuerte. Ejemplo más reciente: las pibas que avanzan año a año en la posibilidad de lograr una ley para despenalizar la interrupción del embarazo. 

El miedo de los actores de la política conservadora 

Si los jóvenes se revelan, en la escuela, universidad, sindicato, organización social, cultural, política, etc. ¿se ven los intereses del status quo en amenaza? La participación por la vía institucional es una opción viable para renovar la democracia y puede alcanzarse por medio del acceso a sus instituciones, reglas y autoridades. El reto para la juventud es huir de la zona de confort para expresar, enseñar y reeducar a los adultos sobre cómo se deben hacer las cosas. 

De la mala palabra a politizar la vida adolescente y juvenil 

Cualquier sociólogo más o menos sincero, va a encontrar en lo que se denomina kirchnerismo, un proceso de reinserción de los jóvenes a la activad política. Veníamos de aquel “que se vayan todos” y eso incluía a todo lo que tuviera que ver con la política y su fuerza de poder. Sin embargo, durante el período de Néstor y Cristina, una ola de organizaciones sociales y políticas llevaba como colorido tatuaje a un colectivo juvenil habido de discutir la agenda institucional, en la casa, en el barrio, en el club, en la escuela, etc. 

El debate en las filas del peronismo 

Está claro que juventud no es garantía de éxito asegurado. En la ciudad de La Paz existe un gobierno dirigido por uno de los intendentes más jóvenes del país cuya trayectoria de formación política fue la universidad, un período como concejal y de allí se encontró conduciendo el destino de 40 mil almas. 

Hoy sufre importantes baches y crisis de representatividad el municipio de la ciudad. Un gabinete que nunca estuvo planificado para gobernar y una sensación de constantes improvisaciones a lo que se le suma la clara dependencia de visiones dirigenciales nacionales con mayor experiencia en la administración pública y/o privada. A la hora de pensar en juventud solamente como un estadío cronológico y acoplarlo directamente a una idea de éxito indiscutido si evaluamos juventudes políticas, estaremos cometiendo un gran error. 

Observando la realidad y criticándola a partir de los resultados, lo que está siendo capaz de construir el Frente Cambiemos en La Paz con un dirigente tan joven; no solamente significa un parámetro a tener en cuenta por el oficialismo, sino también por la oposición. “La incorporación de jóvenes a la política es importante, pero que lleguen cargados de contenidos ideológicos, compromiso con lo colectivo, interés por lo público antes que por lo individual y personal, aguda sensibilidad y solidaridad, humildad, capacitación en gestión y administración de recursos, apertura para continuar aprendiendo y creciendo en experiencia; son algunas virtudes que deben también estar impregnadas en ese corto trayecto de vida”, dice un viejo dirigente peronista que alguna vez fue considerado parte de la renovación de su partido. 

“Es hora de que las nuevas generaciones apostemos a la construcción de un país distinto, no importa cómo pensemos y cuáles sean nuestras diferencias y similitudes, creo que estamos en el momento indicado para generar verdaderos cambios desde la militancia social hasta llegar al sistema político”, afirmó el joven arquitecto y militante del justicialismo paceño Julián Ballestena. 

La lucha para romper la vieja cascara 

Si hay algo que le cuesta romper al peronismo en La Paz a la hora de diseñar una reorganización que contenga jóvenes en sus filas y que les permita enamorar nuevamente a la mayoría de la población para volver a conducir los destinos de la comunidad, es la vieja costumbre de los que no aprendieron a generar oportunidades. Porque al final, también la política es una cuestión de oportunidades. Algunos abrazan la idea de ganar esos espacios a fuerza de destrucción al compañero; sin embargo otros creen que generar oportunidades es una obligación de los dirigentes que ya tienen algún camino recorrido justamente porque antes alguien se las brindó a ellos. 

En reuniones chicas, esas que eligen hacerse lejos de la Unidad Básica, sigue pregonando el viejo pensamiento que llevó a fracasar y perder la conducción en la ciudad. Es decir, reunirse para hablar mal de otro integrante del mismo partido o fuerza política. No conciben la idea de conformar una alternativa para una elección interna sin el espíritu de odio. La incapacidad de construir colectivamente y abrir puertas a la renovación, lleva a repetir las malas prácticas de intentar construir a partir de destruir a otros y justamente lo hacen quienes ya son considerados hombres grandes de la política, esos que ya están de vuelta, esos que supuestamente han ganado experiencia. Entonces es aquí donde también se pone en crisis la idea de: a mayor madurez, mayor efectividad, capacidad o éxito. 

Nombres de una necesaria e inevitable renovación en el peronsimo de La Paz 

¿Existió un recambio importante en el peronsimo reciente de La Paz? Claramente la respuesta es SÍ. ¿Ese recambio generacional significó un tiempo de amplia participación juvenil? Claramente NO. De hecho la Juventud Peronista llegó a quedar minimizada a personalismos de los viejos dirigentes. 

Pareciera que, esa inmensa incorporación de jóvenes a la gestión pública durante las dos gestiones de José Nogueira no surtió otro efecto más que el reaseguro económico de esos jóvenes que, una vez en la administración, pensaban como grandes, actuaban como grandes y atrasaban como muchos de esos grandes. Salvar la quintita, no apostar a la organización popular, ascender cada vez que se pudiera y especular con un nuevo cargo o lugar en una lista. 

Fueron esas actitudes expresadas por jóvenes (potenciales dirigentes), que atentaron con el interés de sus propios pares generaciones para involucrarse en política -por lo menos con esa manera de entender la política- y entonces hoy volvemos a discutir alrededor de ¿qué decimos cuando hablamos de renovación política?¿quién dice que ser joven asegura una política de calidad o una mejor manera de llevarla a cabo?¿quién cree que se obtendrá un resultado diferente cometiendo los mismos errores que llevaron al último fracaso?¿qué hicieron por los jóvenes de hoy, lo jóvenes que tuvieron oportunidades ayer? 

El factor o elemento “juventud” fue estratégico históricamente en las filas del anarquismo, comunismo, peronismo, socialismo y radicalismo; para hacer referencia solo a la vida política de la Argentina. En éstos tiempos, una idea que, por lo menos en La Paz,  fue mucho mejor capitalizada por un Frente Vecinalista como lo es Cambiemos, aunque a medida que pasaba el tiempo, ese factor "juventud" terminó convirtiéndose en un fiasco o en una idea de inexperiencia. 

JUVENTUD pareciera convertirse en una cuestión de conflictos permanentes en los partidos históricos y tradicionales de La Paz como lo son, la UCR y el Justicialismo. Los que ya estuvieron quieren seguir permaneciendo; los que ya probaron quieren seguir intentando. Los jóvenes piden humildad  a sus dirigentes, algunos la tienen y no solo acompañan sino que gestan lugares para regarlos de esperanza. 

Existe un inmenso renacer de jóvenes militantes aunaque parecería que tienen que luchar hasta ver sangre para ser visibilizados, arrebatar un lugarcito caiga quien caiga, discutirlo a muerte o destrozar a un compañero de la fila para posicionarse; solo porque son jóvenes. Existe esa fuerza juvenil en lo etario y en la frescura de sus proyectos y si existe, hay presente (además de futuro).-

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