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El aumento de tarifas desnudó una posible malversación millonaria en el Municipio de Paraná


En los últimos siete meses, existió un sobrante de más de 22 millones de pesos que ingresó a las arcas municipales por la factura de luz y que se desconoce en qué fue utilizado



Una gran polémica se desató luego de las grandes subas de precios a los que fue sometida la energía, las cuales quedaron manifiestas en la última factura de Enersa y que hizo saltar la térmica en el Municipio de Paraná.

Una factura que, observándose en detalle los ítems de la misma, desnudó una serie de irregularidades en la percepción de tributos que realiza la Municipalidad de Paraná en la misma.

En principio, los conocedores, hablan de la ilegalidad en la doble imposición, sin embargo, las anomalías no se detienen ahí.

En la factura de la energía eléctrica que deben pagar los vecinos y comerciantes, figura un concepto por tasas y contribuciones municipales que trepa, dependiendo de la tarifa, hasta un 25% del total en el caso de Paraná.

Si bien es una práctica que ya lleva tiempo, la de cobrar tributos municipales junto con la energía eléctrica, el incremento descomunal de la factura de energía que sufrieron los vecinos los hizo replantear sobre cuáles eran los conceptos de la extremada suba.

Según trascendió en una publicación de este Portal, a raíz de ese tributo, en el mes de abril, la municipalidad de la capital provincial recibió 20 millones de pesos recaudados por Enersa a través de la boleta de la luz.

También se supo que el llamado “tarifazo”, que tiene graves consecuencias en los bolsillos de los vecinos, en realidad significa un gran beneficio para las arcas municipales, ya que en apenas dos meses, la cifra percibida se duplicó.

Beneficios que ascienden a cifras millonarias, las cuales se desconoce el destino que realiza el ejecutivo municipal de las mismas.

Un dinero que es percibido por la empresa de energía de la provincia pero que ingresa o le corresponde al Municipio por el servicio de alumbrado público en calles, plazas y espacios públicos que este presta y que Enersa, actuando como agente de percepción de dicho tributo, cobra a los paranaenses.

A manera gráfica, según precisiones del área contable del municipio de la capital entrerriana, en abril de este año, a Enersa ingresó la suma de casi 20 millones de pesos en concepto de tasa y contribución municipal, tributos que abonaron los paranaenses de manera accesoria al servicio de energía eléctrica.

De dicha suma, descomunal para las arcas públicas municipal, casi 9 millones fueron destinados para el servicio mensual del alumbrado público de los vecinos de la ciudad, constituyendo esta la primera irregularidad ya dicho concepto es percibido por el Municipio de Paraná en la llamada “tasa inmobiliaria”.

Y esta, no es la única anomalía constada, dicha suma, es decir, los casi 9 millones de pesos, también fueron destinados para pagar el consumo energético mensual que tuvo el propio Municipio en las distintas dependencias públicas.

Básicamente, los vecinos de la capital entrerriana, al abonar la factura del mes de abril, pagaron de sus bolsillos, el costo de todos los aires acondicionados, las miles de computadoras, las cargas de la flota de celulares a los que acceden los funcionarios, móviles que también son pagados con dineros públicos como su consumo, los televisores, ventiladores y todo otro artefacto eléctrico que utilizan el intendente y el resto de funcionarios y empleados no solo del palacio municipal, las instalaciones del Concejo Deliberante, la sucursal de las cinco esquinas o la radio municipal sino también de todas aquellas dependencias de la comuna y principalmente las bombas de agua que suministra el servicio de potabilización, que resulta un enorme consumo energético y no está estipulado afrontar por los paranaenses en la tasa de alumbrado.

Otra irregularidad que, conlleva el agravante de la posible comisión delictiva de malversación de fondos públicos.

Según el artículo 55 del código tributario municipal, “el hecho imponible de la tasa de este título está constituido por la prestación del alumbrado de calles, plazas y espacios públicos en general. La base imponible estará conformada por el importe facturado a cada usuario por la empresa prestadora del servicio de provisión de electricidad en la jurisdicción de la Municipalidad, tanto por cargos fijos como variables en función del consumo, antes de la aplicación de impuestos y otros gravámenes”.

Es clara la ordenanza al referirse a que con dicha tasa se debe afrontar el fin específico del mantenimiento y reposición y energía de todo alumbrado de los espacios públicos y en las calles, para que la ciudad no quede a oscuras.

Con lo recaudado por ese tributo, el municipio debe cubrir los costos de consumo de energía en alumbrado, oficinas y organismos públicos, lo que incluye plazas y espacios verdes, y en esto es clara la ordenanza.

Sin embargo, el dinero también se destinó al gasto energético de los edificios públicos municipales y que pagaron los vecinos al abonar la boleta, constituyendo este una asignación de fondos que no está estipulada en la normativa municipal.

Y como si esto fuera poco, y nuevamente aquí se manifiesta una nueva gravísima singularidad, de aquellos casi 20 millones que ingresaron en este mes, de los cuales 9 millones se destinaron al consumo energético del municipio, según el área contable municipal, y 8.010.357 millones precisamente ingresaron limpios a las arcas de la comuna, desconociéndose, porque el municipio no lo informa, en qué se gastan.

Una enorme suma de dinero que ingresó con motivo de la tasa de alumbrado público que fue creada, y de ahí su espíritu, costear los gastos mensuales de electricidad de las luminarias de calles, plazas y espacios públicos en general pero que también se utiliza, irregularmente, para costear lo consumidos por el municipio y que encima deja un excedente millonario que origina la incógnita sobre a donde destinan las autoridades municipales dichos fondos. 

Una operatoria que viene siendo constante en el Municipio, y que en marzo dejó un excedente de 4.662.994 millones, en febrero de 2.336.689, en enero de 2.095.749, en diciembre de 852.692, noviembre de 2.983.294 y octubre de 917.356 millones de pesos.



Es decir, en los últimos 7 meses el municipio de la ciudad de Paraná, recibió limpios de la empresa de energía de Entre Ríos de excedente, la suma de casi 22 millones, desconociéndose en que ha destinado dichos fondos el ejecutivo municipal.

Según la tasa, el vecino de Paraná se tiene que hacer cargo solo de pagar la luz de las calles y plazas, espacios públicos, y no, el costo de todos los aires acondicionados, las miles de computadoras, las cargas de la flota de celulares a los que acceden los funcionarios, móviles que también son pagados con dineros públicos como su consumo, los televisores, ventiladores y todo otro artefacto eléctrico que utilizan el intendente y el resto de funcionarios y empleados no solo del palacio municipal, las instalaciones del Concejo Deliberante, la sucursal de las cinco esquinas o la radio municipal sino también de todas aquellas dependencias de la comuna y principalmente las bombas de agua que suministra el servicio de potabilización, ni tampoco regalare al intendente y a sus funcionarios 22 millones de pesos, pagándolo de más.

Una operatoria, por parte de la empresa de energía que está prevista en la normativa municipal la cual establece que, Enersa, como agente de percepción de esa tasa, debe enviar al fisco municipal el producido de este tributo, junto con un formulario con carácter de declaración jurada en el que debe informar el monto recaudado por este concepto.

Sin embargo, el municipio no aclara qué finalidad tiene el dinero excedente que percibe, y los mentideros comentan en los pasillos que uno de los posibles destinos no sería otro que el pago a empleados y contratados políticos, algo que no está estipulado en las ordenanzas.

Un destino que seguramente será investigado por alguno o algunas de los o las fiscales con asiento en la capital entrerriana ya que un importante porcentaje del tributo es destinado a un fin que no está comprendido en las normas legales municipales como también en virtud del desconocimiento del direccionamiento que realiza el Ejecutivo del excedente que ingresa limpio al Municipio.

Hechos irregulares que, según trascendió, están siendo evaluados ante la posible comisión de los delitos de malversación de fondos públicos y de exacciones ilegales previstos en el Código Penal.

Un tributo que es pagado dos veces por los paranaenses, que deja un beneficio millonario al estado municipal el cual, excediéndose de sus atribuciones y lo reglamentado, lo destina irregularmente al pago del consumo energético de sus propias dependencias, con el agravante de que se desconoce el direccionamiento que realizan las autoridades con el exorbitante sobrante.

Una utilización de una millonaria suma de dinero que ingresó al Municipio que, al no estar previsto o al destinarse a otro fin que el previsto en la ordenanza, podría constituir un delito por malversación de fondos públicos.

Un cuantioso beneficio económico que pagan los vecinos con un objetivo específico, cuáles que las calles y los espacios públicos estén iluminados, y no para que se utilicen con otros fines no previstos y en otros casos que se direccionó con fines desconocidos.


FUENTE: David Ricardo

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