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La Paz: ya hay familias que sienten hambre en los barrios de la ciudad



Casi la mitad de los niños son pobres en Argentina. Uno de cada tres niños come en comedores comunitarios o escolares como única comida del día. Este escalofriante dato se empieza a sentir en distintas regiones del país. En Barrio Puerto Márquez de la ciudad de La Paz la crisis comienza a ser insostenible. 


“Me aseguran que los gurises solo comen en la escuela y que cada día se torna más compleja la situación”, nos cuenta un amigo paceño que produce contenidos para Política con vos. 

Consultamos con colegas que vienen llevando adelante acciones solidarias y coinciden con el triste panorama. “La vez que comen carne, es alitas de pollo y ya están dejando la leche y las frutas como parte de la dieta”. 

Lo que sucede es, en principio una mala alimentación, ya que no están pudiendo incorporar nutrientes. “A veces nos cuentan que comen cinco días fideos y aunque ellos crean que están llenos, no están bien alimentados. Desde el municipio no se está actuando en consecuencia. Cómo puede ser que no se hayan abierto más lugares de contención y sumar nutricionistas en todos los comedores comunitarios que funcionan aunque no sean municipales. El Estado debe estar apoyando lo que hace la gente común y eso no está pasando”, nos dice Andrea madre humilde de 4 gurises. 

Trabajo de contención social Frente Barrial "Pocho Lepratti" - barrio "Los Toldos"

Las Comisiones Cooperadoras de las escuelas que se encuentran enclavadas en los barrios de la periferia ya se han arremangado para trabajar el doble y tratar de responder a las necesidades de vestimenta y alimentarias que arrastran los más chicos. 

Barrio Feria y Puerto Márquez, tanto como barrio Milagrosa y zonas de Ribera, son la caja de resonancia del hambre en los más chicos. “Yo estoy seguro que si no se actúa a tiempo, la gente ya está diciendo que esto no se aguanta más. No sé qué puede pasar, pero no se van a quedar de brazos cruzados cuando sus hijos tienen hambre. El mundial parece entretener a todos, incluso a esas familias que no tienen nada, por ahora”, afirma “el chino” mientras nos pasada data de la situación en su barrio. 

Violencia Institucional 

Hay madres y padres que van a comprar huesos a la carnicería del barrio, sí huesos. Esos que antes servían para cocinarle al perro, ahora sirven para darle sabor al caldo con el que se puede hervir una polenta o un arroz. 

En la ciudad no se habla de un plan de emergencia social aún. Tampoco de la creación de algún Consejo Participativo para abrir las puertas del gobierno a las muchas ONGs que ya están hace tiempo sosteniendo la situación en el territorio. Esperemos que el concepto de lo que representa una emergencia cambie en la municipalidad de La Paz, porque el ejemplo más claro y conocido en la comunidad de una respuesta a la emergencia, son las 100 viviendas para familias que se habían inundado en abril de 2016 y todavía no están terminadas.

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